Mientras la Unión Europea se esfuerza por reducir su dependencia tecnológica de China , España parece avanzar en la dirección opuesta. Recientes controversias y análisis de informes oficiales sugieren que, lejos de consolidar una autonomía digital, el país ibérico podría estar profundizando sus lazos con proveedores chinos en sectores críticos, generando interrogantes sobre su soberanía y su alineación con la estrategia del bloque.
La narrativa de un "retraso tecnológico" no solo se refiere a la capacidad de innovación interna, sino también a la vulnerabilidad que surge cuando la infraestructura clave recae en manos externas.
El controvertido contrato con Huawei: Datos sensibles en la mira
El caso más reciente y sonoro que ha puesto a España en el ojo del huracán es la adjudicación a Huawei de un contrato de 12,3 millones de euros para almacenar y gestionar escuchas telefónicas judiciales . Esta decisión, tomada por el gobierno de Pedro Sánchez , ha provocado un intenso debate tanto a nivel nacional como internacional. Críticos, incluyendo voces desde Estados Unidos, cuestionan la seguridad de los datos más sensibles de la policía y los servicios de inteligencia españoles en servidores de una empresa vinculada, según la UE y EE.UU., al Partido Comunista Chino .
Aunque España ha implementado medidas para retirar a Huawei de su infraestructura 5G más sensible, este nuevo contrato para "legal intercept Systems" (sistemas de interceptación legal) va en contra de la postura de gran parte de Europa. Esto resalta una postura cautelosa ya menudo acomodaticia de España hacia los proveedores de tecnología chinos, a pesar de las crecientes preocupaciones en Bruselas sobre la dependencia estratégica.
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¿Retraso o pragmatismo? La compleja realidad de España digital
Si bien informes como el " Spain 2025 Digital Decade Country Report " de la Comisión Europea señalan que España cuenta con una infraestructura digital robusta, incluso "más avanzada que el promedio de la UE" en conectividad, persisten desafíos significativos. El país sigue rezagado en la digitalización de las empresas , especialmente las pequeñas y medianas (PyMES), y en la cantidad de especialistas TIC en relación con el empleo total. La inversión en I+D+i (Investigación, Desarrollo e Innovación) también se mantiene por debajo de los medios de la UE.
Esta brecha, combinada con la apertura a la inversión y tecnología chinas en sectores estratégicos como los vehículos eléctricos y las energías renovables, dibuja un panorama complejo. Para algunos, la postura de España es un pragmatismo económico necesario para su recuperación y crecimiento. Para otros, es una falta de alineación estratégica que profundiza una dependencia que la UE busca reducir activamente, sobre todo en lo que respeta a materias primas críticas. y tecnologías clave como los semiconductores.
La UE aprieta el cerco: El desafío de la autonomía estratégica
La Unión Europea, consciente de los riesgos geopolíticos y económicos, ha intensificado sus esfuerzos para lograr la autonomía estratégica , especialmente en tecnología. Iniciativas como la búsqueda de materias primas críticas fuera de China (de la que la UE depende hasta en un 98% para tierras raras) y la " Ley de Chips " buscan fortalecer la producción interna y diversificar las cadenas de suministro.
La Comisión Europea ha adoptado una lista de 47 Proyectos Estratégicos para impulsar las capacidades domésticas y está evaluando una "ICT Supply Chain Toolbox" para cubrir tecnologías en un rango más amplio de sectores críticos, replicando el enfoque de seguridad para el 5G. La presión sobre los estados miembros para "desvincularse" (de-risk) de proveedores de alto riesgo es creciente.
La situación de España, con su continua integración de tecnologías chinas en componentes cruciales de su aparato de seguridad y su postura en contra de aranceles a vehículos eléctricos chinos, pone de manifiesto la tensión entre la soberanía nacional, los imperativos económicos y la visión de autonomía estratégica de la Unión Europea. La pregunta que se mantiene en el aire es: ¿Está España trazando su propio camino tecnológico, o está inadvertidamente cediendo una parte de su futuro digital.
NewsTecnicas / Redacción