El panorama tecnológico y de seguridad en Venezuela se ha visto sacudido por una noticia de alto impacto. Este martes, en una rueda de prensa, el ministro del Poder Popular para el Interior, Justicia y Paz, Diosdado Cabello, informó la captura del científico Armando García Miragaya. Se le vincula con una compleja "trama desestabilizadora" que, según las autoridades, combina conspiración, narcotráfico, el uso de bandas armadas y la diseminación de información falsa a agencias federales de Estados Unidos.
El "Sustento Académico" de una Narrativa Desestabilizadora
Según la versión oficial presentada por Cabello, García Miragaya, junto a otras personas, fue "aupado por su cónyuge", quien supuestamente lo contactó con el Buró Federal de Investigaciones (FBI) de Estados Unidos. El objetivo habría sido vender información errónea sobre una supuesta fabricación de armas iraníes en Venezuela.
El ministro enfatizó que esta acción pretendía "alimentar el discurso de la ultraderechista María Corina Machado", con el fin último de impulsar una invasión extranjera contra el país. "Es parte de un fake news para crear un falso positivo", afirmó Cabello, señalando directamente a García Miragaya como quien "da el sustento académico a la narrativa de que Venezuela es un centro de grupos terroristas del mundo, del narcotráfico, de todo lo que nos han acusado".
La Percepción de la "Divulgación Académica" vs. la Seguridad Nacional
La acusación subraya una tensión creciente sobre el rol de la información y la experiencia científica en contextos geopolíticos sensibles. De acuerdo con el ministro, el científico ahora se defiende argumentando que la divulgación de dicha información es "algo normal en el mundo académico".
Sin embargo, Cabello refutó categóricamente esta justificación, planteando una interrogante contundente sobre las posibles repercusiones de tales acciones: "Estás diciendo al principal enemigo del mundo que Venezuela le va a disparar un cohete hipersónico desde Paraguaná y tú crees que el principal enemigo del mundo no va a tomar represalias contra ese país". Esta declaración sugiere que la información supuestamente divulgada no era meramente académica, sino que tenía el potencial de incitar a acciones militares por parte de potencias extranjeras, basándose en afirmaciones sobre tecnología militar avanzada (como los cohetes hipersónicos).
La situación plantea serias preguntas sobre la ética de la investigación, la responsabilidad de los profesionales del ámbito científico en la difusión de información sensible y la línea que separa la libertad académica de las implicaciones para la seguridad y la estabilidad nacional en un contexto político complejo. La investigación y el proceso judicial determinarán la veracidad de las acusaciones y las consecuencias para el científico y los demás implicados.