El sistema operativo Windows es, sin duda, el cerebro de millones de computadoras, laptops, tablets y celulares alrededor del mundo. Su omnipresencia se debe a su interfaz intuitiva y la robusta paquetería de Microsoft 365, que incluye herramientas esenciales como Word, PowerPoint y Excel. Pero, ¿alguna vez te has detenido a pensar qué precio pagas por esta comodidad? La verdad es que, cada vez que enciendes tu dispositivo con Windows, estás permitiendo que Microsoft recopile una cantidad asombrosa de tus datos personales.
Antes de sumergirte en sus herramientas, la compañía de Redmond te presenta una serie de términos y condiciones que, admitámoslo, rara vez leemos. Pero, ¿qué información exactamente almacena este gigante tecnológico sobre ti? Prepárate para descubrirlo.
El Gran Hermano en tu PC: ¿Qué datos de los usuarios recopila Windows?
Microsoft, una multinacional tecnológica que desarrolla y comercializa software, hardware y servicios de TI a escala global, recolecta información exhaustiva sobre sus usuarios. Al aceptar los términos y condiciones de sus productos y servicios, tácitamente das permiso para esta recopilación.
Según el portal de métricas Statista y la propia documentación de soporte técnico de Windows, la compañía almacena una variedad sorprendente de datos de tu actividad en Windows y Microsoft 365:
Historial de actividad en sus aplicaciones y servicios (cada clic, cada uso).
Historial de búsqueda (lo que buscas en la web y en tu dispositivo).
Información detallada sobre tu dispositivo (modelo, hardware, configuración).
Actividades multimedia (lo que ves, escuchas o creas).
Tu ubicación (sí, saben dónde estás).
Contactos (quiénes son tus amigos y colegas).
Historial de mensajes o correos electrónicos (con quién te comunicas y qué dices).
Datos de la red a la que te conectas.
Uso de las aplicaciones y rendimiento en general (cómo usas el software, si falla).
Datos de escritura, mecanografía y voz (lo que tecleas, lo que dictas, cómo hablas).
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¿Por qué Microsoft quiere (y necesita) tus datos?
Microsoft justifica esta vasta recopilación de datos con varios propósitos, algunos en beneficio del usuario y otros de carácter legal o comercial:
Mejora de aplicaciones y experiencia: El principal argumento es que estos datos les permiten mejorar las aplicaciones, optimizar el rendimiento y recibir valoraciones para mejorar tu experiencia como usuario.
Soporte técnico: Son cruciales para proporcionar un buen soporte técnico cuando algo falla.
Publicidad personalizada: Utilizan la información para enviarte anuncios que se ajusten a tus intereses, una fuente importante de ingresos.
Obligación legal: Y quizás lo más inquietante, por ley, en ocasiones necesitan guardar y acceder a tus datos personales para responder a procesos legales, proteger la vida y la seguridad de los clientes, o para completar transacciones y aclaraciones sobre cualquier producto o servicio solicitado.
¿Cómo gestionar (o intentar limitar) esta recopilación?
Aunque Windows accede a toda esta información, te ofrece algunas opciones para gestionar parte de tus datos personales, aunque solo en las versiones 10 y 11. Sigue estos pasos para limitar, al menos, la publicidad personalizada:
Haz clic sobre el botón de inicio (el logo de Windows).
Entra a "Configuración" y busca el apartado “Privacidad”.
En la barra lateral, ubica "Permisos de la aplicación" y gestiona qué accesos le quieres dar a cada una.
Luego, busca el apartado “Diagnóstico y comentarios” y desactiva la función “Datos de diagnóstico opcionales”.
Por último, en el apartado “General” apaga la función “Permitir que las aplicaciones me muestren anuncios personalizados utilizando mi ID de publicidad”.
Es vital entender que estas medidas no evitan la recopilación de todos los datos, sino que principalmente limitan aquellos destinados para publicidad y algunos diagnósticos opcionales. La mayor parte de la información sigue siendo necesaria para el funcionamiento del sistema.
Mantenerse informado sobre las políticas de recopilación de datos de las empresas tecnológicas es la primera línea de defensa para proteger tu información personal. Recuerda siempre leer los términos y condiciones de cualquier servicio que utilices. En la era digital, la comodidad tiene un precio, y ese precio es a menudo tu privacidad.