Asteroide "2022 YS5" del Tamaño de un Avión Realiza un Cercano sobrevuelo, la NASA Continúa el Monitoreo NEO


Un objeto cósmico del tamaño de un avión, identificado por la NASA como "2022 YS5", realizó su mayor aproximación a la Tierra este jueves, desplazándose a una velocidad impresionante de aproximadamente 21.887 kilómetros por hora. Este evento resalta la constante labor de vigilancia y monitoreo tecnológico que la agencia espacial estadounidense lleva a cabo para rastrear objetos cercanos a nuestro planeta.

Según los datos proporcionados por el Jet Propulsion Laboratory (JPL) de la NASA, el asteroide pasó a una distancia de unos 6.683.000 kilómetros de la Tierra. El Center for Near-Earth Object Studies (CNEOS) ha estimado su diámetro entre 29 y 62 metros, lo que lo sitúa en un rango comparable al de una aeronave de gran tamaño. Este monitoreo es parte del esfuerzo continuo de la NASA para rastrear Objetos Cercanos a la Tierra (NEOs), con el objetivo primordial de evaluar cualquier potencial riesgo de impacto.


Tecnología de Detección: Ojos en el Espacio

La capacidad de detectar y rastrear asteroides como "2022 YS5" es un testimonio de los avances en la tecnología de observación astronómica y los sistemas de cálculo orbital. Telescopios terrestres y espaciales, equipados con cámaras de alta sensibilidad y software de procesamiento de imágenes avanzado, son la base de programas como el CNEOS. Estos sistemas no solo detectan la presencia de los NEOs, sino que también permiten calcular sus trayectorias con una precisión creciente.

Además de 2022 YS5, la NASA mantiene bajo estricta observación a otros dos objetos de tamaño similar. Uno de ellos, el asteroide "2018 BY6", con aproximadamente 64 metros de diámetro, tiene previsto un acercamiento este sábado a una distancia mínima de 5.265.000 kilómetros. La predicción de estos sobrevuelos con tanta antelación es un claro indicativo de la sofisticación de los modelos predictivos astronómicos.


Asteroides Potencialmente Peligrosos (PHAs): Vigilancia Constante

Los asteroides son remanentes rocosos de la formación del sistema solar hace unos 4.600 millones de años. La mayoría reside en el cinturón principal entre Marte y Júpiter, pero algunos, debido a sus órbitas elípticas, se acercan a la Tierra, convirtiéndose en objeto de intenso interés científico.

La NASA subraya que la mayoría de los NEOs no representan una amenaza inmediata, ya que sus órbitas los mantienen a una distancia segura. Sin embargo, existe una categoría crítica conocida como "asteroides potencialmente peligrosos" (PHAs). Esta clasificación incluye objetos con un diámetro superior a 140 metros y cuya órbita se aproxima a menos de 7.403.000 kilómetros de la trayectoria de la Tierra. La tecnología de la NASA está orientada a identificar y caracterizar estos PHAs para calcular con la mayor exactitud posible cualquier riesgo futuro.

En febrero, un caso generó especial atención: el asteroide "2024 YR4". Los cálculos de la agencia arrojaron una probabilidad de impacto del 3,1% en el año 2032, siendo el mayor porcentaje registrado para un objeto de ese tamaño hasta la fecha. Aunque la probabilidad sigue siendo baja, este tipo de predicciones subraya la importancia crítica de la inversión continua en tecnología espacial para la defensa planetaria. La capacidad de detectar, rastrear y, en un futuro, posiblemente mitigar el impacto de un asteroide, depende enteramente de la evolución de nuestras herramientas tecnológicas y de la dedicación de equipos como el CNEOS.

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