El objeto interestelar 3I/ATLAS ha encendido la imaginación popular y generado titulares sensacionalistas sobre una posible "nave alienígena hostil" en ruta hacia la Tierra en noviembre de este año. Esta alarma surgió a raíz de un estudio de Avi Loeb y sus colegas, que analizaron las inusuales características del objeto. Sin embargo, la NASA y otros expertos han ofrecido argumentos sólidos que invitan a la cautela y descartan, por ahora, cualquier posibilidad de tecnología extraterrestre.
El debate subraya la fascinación humana por lo desconocido en el cosmos y la importancia de la rigurosidad científica frente a la especulación.
3I/ATLAS: El Tercer Viajero Interestelar y su Origen Especulativo
3I/ATLAS es el tercer objeto interestelar jamás detectado por la astronomía. Fue identificado el 1 de julio de 2025 por un equipo de expertos que utilizaban el telescopio ATLAS en un observatorio de Chile, financiado por la NASA. Este cuerpo celeste desconocido se avistó inicialmente dentro de la órbita de Júpiter, a unos 670 millones de kilómetros de la Tierra.
Rápidamente, observatorios de todo el mundo comenzaron a monitorear el objeto, que fue catalogado como cometa debido a su núcleo helado y a la coma, una brillante nube de gas y polvo que lo rodea. Su nombre, 3I/ATLAS, refleja su origen: "ATLAS" por el telescopio; la "I" por "interestelar"; y el "3" por ser el tercer objeto de este tipo registrado, precedido por 1I/'Oumuamua (2017) y 2I/Borisov (2019).
Lo que despertó el interés mediático fue su extraordinaria velocidad, estimada en más de 221.000 km/h, y una trayectoria poco común que lo ha llevado cerca de Júpiter, Marte y Venus, y que ahora lo dirige hacia el Sol. Para el astrofísico Avi Loeb, estas propiedades inusuales lo convierten en un candidato ideal para ser una "sonda tecnológica operada por una civilización extraterrestre avanzada". Su estudio, publicado el 16 de julio en el servidor de preimpresión arXiv, incluso plantea la suposición de que 3I/ATLAS podría estar usando su perihelio (paso más cercano al Sol) a finales de octubre de 2025 para "oscurecerse" y "desplegar dispositivos hacia la Tierra sin ser detectado".
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La Ciencia Desmonta el Sensacionalismo: Posición de la NASA y Expertos
A pesar de la audaz hipótesis de Loeb, la comunidad científica y organismos como la NASA han proporcionado argumentos sólidos que invitan a la cautela y a un análisis riguroso. Samantha Lawler, astrónoma de la Universidad de Regina (Canadá), explica que todo indica que 3I/ATLAS se comporta como un cometa expulsado de otro sistema solar y que no hay evidencia que apunte a tecnología extraterrestre. Incluso el propio Loeb reconoce que el escenario más probable es que sea un cometa natural, aunque aboga por no descartar completamente el análisis de anomalías.
Críticos como Chris Lintott de la Universidad de Oxford han calificado la hipótesis de "disparate" e "insulto" al trabajo serio de los astrónomos, preocupados de que la atención excesiva a estos escenarios pueda desviar el foco de la investigación basada en pruebas empíricas.
La postura de la NASA es contundente. Davide Farnocchia, ingeniero de navegación de la agencia, aclara que la principal incógnita es el tamaño exacto del núcleo, y que el brillo observado podría deberse a sus dimensiones o a la forma en que la luz se refleja y dispersa. Los cálculos oficiales de la agencia son claros: 3I/ATLAS nunca pasará cerca de la Tierra, estimando una distancia mínima de 1.5 unidades astronómicas (aproximadamente 240 millones de kilómetros) de nuestro planeta. Además, el análisis de las imágenes captadas por el Observatorio Gemini en Hawái revela una estructura típica de los cometas, con su característica nube de gas y polvo, sin ninguna singularidad que sugiera ingeniería desconocida.
En conclusión, si bien la idea de una "nave alienígena" puede ser emocionante, la evidencia científica actual sitúa a 3I/ATLAS firmemente en el reino de los fenómenos astronómicos naturales.