La relación entre la Unión Europea y Estados Unidos ha alcanzado un nuevo punto de tensión. La Comisión Europea, en un movimiento contundente, ha impuesto una multa de 2.950 millones de euros a Google, acusándola de abusar de su posición dominante en el mercado de la publicidad digital. Este fallo, el más alto de su tipo, ha provocado una reacción inmediata y sin precedentes del presidente de EE.UU., quien ha respondido con una amenaza que podría desatar una nueva guerra comercial.
Desde hace años, Bruselas ha mantenido una estricta vigilancia sobre las grandes tecnológicas, y el expediente contra Google, que se ha investigado desde 2021, es una muestra de su firmeza. La Comisión ha concluido que la compañía favoreció su propio ecosistema de anuncios, desde su servidor DoubleClick hasta su plataforma de intercambio AdX, marginando a los competidores y dificultando el acceso de editores y anunciantes a otros servicios. Para los reguladores europeos, este comportamiento es una clara violación de las normas antimonopolio de la UE.
La Batalla Legal y el Ultimátum de Bruselas
El veredicto de Bruselas no es solo una sanción económica. El regulador ha dado a Google un plazo de 60 días para presentar un plan de cumplimiento que corrija estos conflictos de interés. De lo contrario, no descarta tomar "medidas estructurales" aún más severas, lo que podría incluir la desinversión parcial del negocio publicitario de la tecnológica.
Teresa Ribera, vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea, defendió la decisión, afirmando que es un paso crucial para lograr un mercado publicitario más justo. "La decisión de hoy muestra que Google abusó de su posición dominante... perjudicando a editores, anunciantes y consumidores. Este comportamiento es ilegal según las normas antimonopolio de la UE. Google ahora debe presentar un remedio serio... y si no lo hace, no dudaremos en imponer remedios sólidos", declaró.
Por su parte, la respuesta de Google no se hizo esperar. A través de Lee-Anne Mulholland, su vicepresidenta y jefa global de asuntos regulatorios, la empresa rechazó el fallo y anunció que lo recurrirá. En su mensaje, Google insistió en que la multa es "injustificada" y que las medidas exigidas "perjudicarán a miles de empresas europeas, ya que les resultará más difícil obtener beneficios".
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La Amenaza de Trump: Un Ataque a las Empresas Estadounidenses
Al otro lado del Atlántico, la reacción del presidente estadounidense elevó la disputa a un nuevo nivel de tensión política y económica. Fiel a su política de "América primero", ha dejado claro que ve estas sanciones como un ataque directo a las empresas de su país.
El presidente eligió una vía inusual y muy seria para responder: amenazó con iniciar una investigación bajo la Sección 301, una herramienta reservada para disputas comerciales graves que permite a Washington imponer aranceles, cuotas u otras medidas. Aunque Estados Unidos no tiene la capacidad legal para anular una multa de un regulador extranjero, esta acción envía una señal poderosa.
En un extenso mensaje en su red social, el presidente insistió en que no permitirá que "acciones discriminatorias" como esta queden sin respuesta. Recordó el caso de Apple, que en su momento tuvo que pagar una multa millonaria en Europa, y afirmó que las empresas estadounidenses merecen ser protegidas de lo que considera "sanciones injustas". Este pulso diplomático y económico se produce en un momento en que ambos bloques buscan consolidar un marco comercial más estable, haciendo que el futuro de estas relaciones sea más incierto que nunca.