Durante años, ha circulado la creencia popular de que el majestuoso Cerro El Ávila, guardián de la capital venezolana, es en realidad un volcán dormido. Aunque la idea añade un toque de misterio, la realidad científica es muy diferente. El Ávila no es un volcán, sino una imponente montaña que forma parte de la Cordillera de la Costa, y su verdadera historia y significado están envueltos en una rica tapeza de mitos y leyendas que van mucho más allá de su geología.
El Ávila: Un Muro de Protección, No un Volcán
El Cerro El Ávila, oficialmente conocido como Parque Nacional Waraira Repano, es una formación montañosa que se alza sobre el valle de Caracas, separando a la ciudad del mar Caribe. Su formación es resultado de procesos tectónicos, lo que lo convierte en una montaña de falla, no en una estructura de origen volcánico. Su imponente presencia es un escudo natural que protege a la capital de los vientos salinos y un pulmón vegetal que provee un clima más fresco.
A pesar de las repetidas desmentidas por parte de geólogos, la leyenda de que es un volcán inactivo persiste entre los caraqueños. Esta creencia se ha alimentado de sucesos como los incendios forestales, que desde lejos hacen que la montaña parezca que "arde", o por la aparición de supuestos vapores en ciertas áreas, que en realidad son emanaciones de agua o calor de origen no volcánico.
Mitos y Leyendas del "Guardián de Caracas"
Si bien el mito del volcán no es más que una historia, el Ávila es hogar de una gran cantidad de leyendas que han pasado de generación en generación, sobre todo entre los pueblos indígenas originarios:
La Leyenda del Mar de Piedra: Uno de los mitos más bellos cuenta que, en tiempos antiguos, no existía la montaña, y los habitantes del valle podían ver el mar. Un día, una deidad se enfureció y castigó a la gente con una gigantesca ola que amenazaba con destruirlo todo. Compadecida, la diosa transformó la ola en piedra justo antes de que impactara, creando así la imponente montaña. El nombre indígena, Waraira Repano, se traduce como "la ola hecha tierra" o "la sierra grande", una referencia directa a este mito.
Tesoros Escondidos y Espíritus: Durante la época colonial, se decía que el Ávila eraconde tesoros escondidos por arrieros que fueron asesinados por bandidos. Se rumora que el oro y otras riquezas aún se encuentran enterrados en algún lugar de la montaña. Además, la neblina que a menudo cubre el emblemático Hotel Humboldt ha inspirado historias de fantasmas y avistamientos paranormales.
El Ávila no es solo una montaña, es un símbolo de Caracas, una fuente de vida, y un guardián de innumerables historias y creencias que demuestran la profunda conexión espiritual y cultural que sus habitantes tienen con este majestuoso pico.