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Un hecho violento ha sacudido la tranquilidad de Humacao, Puerto Rico. La Policía ha confirmado que un desconocido disparó contra la residencia que sirvió como locación para parte del video musical "Debí Tirar Más Fotos" de Bad Bunny. Afortunadamente, no se reportaron heridos y la vivienda no fue impactada por las balas. El incidente, que ocurrió pocos días después de que el dueño de la propiedad presentara una demanda millonaria contra el artista, ilustra un fuerte contraste entre la vida tradicional del dueño y las consecuencias de la exposición digital, un choque similar al que se vive con
El incidente y la versión de las autoridades
Según el informe oficial, el dueño de la residencia, Román Carrasco Delgado, de 84 años, declaró que en la noche del domingo, una persona a bordo de un vehículo gritó insultos y luego disparó en repetidas ocasiones en dirección al edificio. La propiedad, ubicada en el barrio Río Abajo en Humacao, está bajo investigación de las autoridades. Agentes del Cuerpo de Investigaciones Criminales se desplazaron al lugar para recopilar los casquillos de bala y tomar fotografías para las pesquisas.
La demanda millonaria contra el artista
Este peligroso incidente se produce a raíz de una disputa legal en curso. Días antes, el 17 de septiembre, Carrasco Delgado había presentado una querella por daños contra Bad Bunny y las compañías Rimas Entertainment, Move Concerts y A1 Productions. En la demanda, se solicita una compensación económica de al menos un millón de dólares por "daños emocionales y angustias mentales", además de la anulación de los contratos y el pago de los gastos judiciales.
El octogenario afirma que firmó contratos en blanco sin conocer los términos exactos y ahora, debido a la popularidad del video, recibe visitas constantes de los fanáticos del artista. Carrasco asegura que la imagen de su residencia se ha viralizado en las redes sociales, pero él no ha recibido ningún beneficio a cambio, lo que representa una
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Un caso de fama y consecuencias inesperadas
El suceso de Humacao subraya los riesgos y consecuencias no deseadas que la fama puede generar para los individuos. Lo que para Bad Bunny fue una locación para un video musical, para Román Carrasco se ha convertido en una pesadilla legal y un peligro potencial. La disputa refleja un conflicto entre el poder de una superestrella global y la vulnerabilidad de un ciudadano común, cuya vida se vio alterada de forma irreversible por un contrato. La situación es un ejemplo de cómo algo que parece ser un simple acuerdo puede tener un
