El gobierno de Estados Unidos está dando un paso decisivo para asegurar su independencia en la crucial cadena de suministro de tierras raras, con el objetivo de convertirse en el mayor accionista de la única mina operativa de estos minerales en el país. Esta iniciativa, junto con una serie de medidas adicionales, busca garantizar el futuro de la operación en Mountain Pass, California, un movimiento estratégico en la guerra comercial tecnológica con China.
Los minerales de tierras raras son componentes esenciales para una vasta gama de tecnologías modernas, desde los autos eléctricos y las turbinas eólicas hasta dispositivos electrónicos avanzados. El acceso a estos metales es un factor central en la disputa comercial global, dado que Pekín controla aproximadamente el 90% de la capacidad de producción mundial.
Alianza estratégica y financiamiento para la autosuficiencia
MP Materials, la empresa propietaria de la mina en Mountain Pass, ha sellado un acuerdo con el Departamento de Defensa de EE.UU., diseñado para reducir drásticamente la dependencia estadounidense de las importaciones de tierras raras. Este pacto establece que, durante los próximos 10 años, el gobierno de EE.UU. garantizará un precio mínimo de US$110 por kilo de la producción de neodimio y praseodimio de MP Materials.
Estos dos minerales son de los más demandados entre las 17 tierras raras fundamentales para la economía global, siendo cruciales en la fabricación de imanes permanentes. Estos imanes se encuentran en una multitud de dispositivos, desde teléfonos inteligentes y escáneres de IRM hasta motores eléctricos, subrayando su importancia estratégica.
La medida gubernamental surge en un contexto de creciente preocupación de que China esté utilizando su casi total control de la industria para bajar los precios y desestabilizar a las empresas en otros países. China actualmente maneja casi el 70% de la minería de tierras raras del mundo y el 90% de la capacidad de refinamiento, resultado de años de apoyo estatal a su industria.
Como parte del acuerdo, MP Materials construirá una nueva instalación en EE.UU. para incrementar la cantidad de materia prima de la mina que puede ser transformada en productos utilizables. Aunque la ubicación aún no se ha definido, la compañía ha confirmado que esta planta abastecerá tanto al Departamento de Defensa como a clientes comerciales. Gran parte de este proyecto será financiado por el Departamento de Defensa, que adquirirá US$400 millones en activos recientemente creados. James Litinsky, fundador y director ejecutivo de MP Materials, calificó la iniciativa como una "acción decisiva del gobierno de Trump para acelerar la independencia estadounidense en la cadena de suministro".
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El factor chino y la geopolítica de las tierras raras
Hasta ahora, Shenghe Resources, una empresa con participación del gobierno chino, ha sido uno de los mayores accionistas de MP Materials y el único cliente de la producción de la mina californiana. Esto implicaba que las tierras raras eran enviadas a China para su refinamiento. A principios de este año, MP Materials anunció que cesaría esta práctica debido a los aranceles del 125% que China impuso a los bienes estadounidenses, en respuesta a los gravámenes del 145% del presidente Trump sobre las importaciones chinas. La empresa argumentó que el envío a China ya no era comercialmente viable ni alineado con los intereses nacionales de EE.UU., una postura que ha mantenido incluso después de que los aranceles fueran reducidos.
Las tierras raras han sido un punto clave en los esfuerzos por reparar la deteriorada relación comercial entre China y Estados Unidos bajo la administración Trump. Un aumento de los aranceles llevó a Pekín a imponer un nuevo régimen de licencias de exportación que limitó severamente el volumen de material que llegaba a los fabricantes estadounidenses. Aunque se buscaba un acuerdo para mejorar este acceso a cambio de levantar restricciones de EE.UU. en otras áreas, EE.UU. se ha quejado de la lentitud en la implementación.
A largo plazo, el aumento de los suministros internos ofrece a EE.UU. la mejor oportunidad para asegurar el acceso a estas tierras raras, vitales para el sector manufacturero, pilar de la visión económica de Trump. Las políticas de control de exportaciones de China también han generado críticas en Europa; el Parlamento Europeo ha calificado estas políticas de "injustificadas" y "de intención coercitiva", urgiendo a la Comisión Europea a acelerar la implementación del Acta de Materias Primas Críticas para reducir la dependencia europea. Por su parte, el ministro de Exteriores de China, Wang Yi, ha defendido estas medidas como un "derecho soberano" y "práctica común" para controlar bienes con uso tanto comercial como militar.