En los últimos años, Venezuela ha puesto un énfasis creciente en el desarrollo de sus capacidades en tecnología de drones (Vehículos Aéreos No Tripulados - VANT). Impulsada por la necesidad de diversificar su arsenal militar, mejorar la vigilancia y, potencialmente, expandir sus aplicaciones civiles, la nación ha realizado inversiones y establecido alianzas estratégicas para impulsar su industria de construcción de drones.
Orígenes y la Influencia Iraní: Un Pilar del Avance
El programa de drones de Venezuela tiene sus raíces en la cooperación militar con Irán, una relación que se intensificó a principios de la década de 2010. Ya en 2012, se confirmó la existencia de una línea de ensamblaje y producción de drones iraníes en Venezuela, marcando el inicio de una transferencia tecnológica significativa. Esta alianza ha sido fundamental para que Venezuela adquiriera no solo el conocimiento técnico, sino también los diseños y componentes necesarios para iniciar una fabricación local.
Los modelos más conocidos que se han producido o ensamblado en Venezuela, basados en diseños iraníes, incluyen:
- ANSU-100 (derivado del Mohajer-2 iraní): Este es uno de los pilares del programa. El Mohajer-2 es un dron de reconocimiento y vigilancia, aunque también puede ser adaptado para portar cargas ligeras, incluyendo armamento. La capacidad de Venezuela para producir y mantener este modelo ha sido confirmada en varias ocasiones, con instalaciones de fabricación ubicadas, por ejemplo, en la Base Aérea El Libertador en Palo Negro, estado Aragua.
- Drones tipo Mohajer-6 (o variantes similares): Se han observado en desfiles militares venezolanos drones que exhiben características similares a la serie Mohajer-6 iraní, que son Vehículos Aéreos de Combate No Tripulados (UCAV) capaces de realizar vigilancia y ataque con proyectiles guiados. Esto sugiere una aspiración o capacidad para integrar sistemas ofensivos en su flota de drones.
Capacidades de Fabricación y Producción Local
La capacidad tecnológica de Venezuela en la construcción de drones se centra principalmente en el ensamblaje, mantenimiento y adaptación de diseños extranjeros, mayormente iraníes. Sin embargo, el objetivo a largo plazo es fomentar una capacidad endógena que permita la fabricación de más componentes a nivel nacional.
Los avances incluyen:
- Ensamblaje y Producción de Estructuras: Se ha logrado la capacidad de producir los fuselajes y estructuras de los drones localmente. Hay indicios de que se busca utilizar materiales autóctonos, como el aluminio venezolano, en su construcción.
- Integración de Sistemas Electrónicos: Si bien muchos componentes electrónicos clave pueden seguir siendo importados o de origen iraní, la capacidad de integrar estos sistemas (radares, cámaras, enlaces de datos) en las plataformas construidas localmente es un avance significativo.
- Mantenimiento y Reparación: Las instalaciones venezolanas han desarrollado la experiencia para el mantenimiento y la reparación de su flota de drones, lo que reduce la dependencia externa para el soporte logístico.
- Estimaciones de Producción: Se estima que la capacidad de producción de drones en Venezuela podría oscilar entre 12 y 24 unidades al año, lo que, aunque modesto en comparación con potencias globales, representa un flujo constante para sus necesidades defensivas y de vigilancia.
Aplicaciones y Objetivos Estratégicos
Los drones venezolanos, en su mayoría, están destinados a:
- Vigilancia y Reconocimiento: Monitoreo de fronteras, detección de actividades ilícitas (narcotráfico, minería ilegal) y recolección de inteligencia.
- Apoyo Táctico y Logístico: Aunque menos desarrollada, existe una aspiración de utilizar drones para apoyo en el campo de batalla y, potencialmente, para el transporte de cargas ligeras.
- Capacidad de Ataque Asimétrico: La inclusión de UCAV o drones con capacidad de portar municiones ligeras encaja en una estrategia de defensa asimétrica, permitiendo ataques de precisión o de acoso a bajo costo.
Desafíos y Perspectivas Futuras
A pesar de estos avances, el programa de drones de Venezuela enfrenta varios desafíos:
- Dependencia Tecnológica: Aunque ha habido transferencia, la dependencia de diseños y, en gran medida, de componentes clave de Irán, sigue siendo un factor limitante para la autonomía total.
- Investigación y Desarrollo (I+D) Limitado: La inversión en I+D puramente nacional para el diseño de drones desde cero, con tecnologías propias, es un área que aún requiere un impulso significativo.
- Impacto de las Sanciones: Las sanciones internacionales pueden dificultar la adquisición de componentes avanzados y software especializado, obligando al país a buscar proveedores alternativos o a desarrollar sustitutos.
No obstante, el avance en la construcción de drones de Venezuela es un testimonio de su compromiso con la autosuficiencia militar y tecnológica. Si bien no compite con las potencias globales en términos de sofisticación o volumen, la capacidad desarrollada para producir y operar VANT armados, con el apoyo iraní, la posiciona como un actor relevante en el ámbito de la tecnología no tripulada en América Latina.