La tranquilidad ha vuelto a la comunidad científica y al público global. La NASA ha emitido una aclaración definitiva sobre el cometa 3I/ATLAS, confirmando que, a pesar de las especulaciones iniciales, no existe riesgo alguno de impacto contra el planeta Tierra. Los análisis detallados de su trayectoria han sido concluyentes: este objeto de origen interestelar seguirá su ruta sin acercarse peligrosamente a nuestro mundo.
Este evento, que podría haber generado preocupación, se convierte así en una valiosa oportunidad para el estudio astronómico, aportando datos cruciales sobre los confines del sistema solar y el espacio interestelar.
Trayectoria Segura: Distancia Más Allá de Todo Peligro 🛰️
Según precisó el equipo de investigadores de la NASA,
Las estimaciones iniciales de la agencia espacial, desde su descubrimiento, señalaban que esta roca espacial viajaba a velocidades impresionantes: 221 kilómetros por hora y luego 61 kilómetros por segundo. Su tamaño también es notable. De acuerdo con estimaciones del astrónomo Avi Loeb, "el núcleo rocoso de 3I/ATLAS tendría un diámetro aproximado de 5,6 kilómetros y una masa que podría superar los 33.000 millones de toneladas". Esta cifra es muy superior a la de los otros dos cometas interestelares precedentes que han atravesado el Sistema Solar: 1I/'Oumuamua y 2I/Borisov.
El Perihelio y el Valor Científico 🔭
El momento clave para 3I/ATLAS será el 30 de octubre, cuando alcance su perihelio, es decir, su punto más cercano al Sol. Esta aproximación ocurrirá a unos 210 millones de kilómetros de nuestra estrella, una distancia que sigue estando muy lejos de la órbita terrestre y que, reiteramos, no implica peligro alguno.
Al aproximarse al Sol, el núcleo sólido y helado del cometa, cuyo diámetro oscila entre 0.32 y 5.6 kilómetros, libera gases y polvo. La radiación ultravioleta del Sol ioniza estos materiales, y el viento solar los arrastra, creando la típica estela azulada que caracteriza a los cometas. Este espectáculo visual puede inducir a confusión, pero el cometa no es la causa de ninguna tormenta; solo actúa como un "indicador" del viento solar existente. Las observaciones espectroscópicas también han confirmado la presencia de agua en forma de granos de hielo sólido y vapor de agua en su composición.
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El interés de los científicos en 3I/ATLAS se centra precisamente en estudiar su composición y origen. Dado su naturaleza interestelar, podría aportar datos valiosos sobre la formación de sistemas planetarios más allá del nuestro y la distribución de materiales en la Vía Láctea.
La NASA ha descartado que 3I/ATLAS sea un objeto tecnológico extraterrestre, como se especuló inicialmente debido a algunas de sus características. La agencia reafirma que es un cometa de origen natural, cuyo estudio ofrecerá una ventana única a fenómenos celestes que raramente visitan nuestro vecindario cósmico.