El panorama de las telecomunicaciones en Venezuela está en un momento de inflexión. Mientras la mayoría de los usuarios aún depende de las redes 3G y 4G, la realidad de la conectividad móvil Venezuela se está transformando rápidamente con la llegada de la quinta generación (5G) y la inevitable promesa del 6G Latinoamerica.
Este salto generacional es crucial, pues las estadísticas indican que la vida digital en el país es predominantemente móvil: a principios de 2025, se registraron 22.5 millones de conexiones móviles celulares en Venezuela, con una penetración que alcanza el 79.1% de la población que utiliza activamente el teléfono para conectarse.
Digitel y la Realidad del 5G en el País 📡
El operador Digitel ha tomado la delantera, marcando un hito tecnológico en el país. Tras obtener su licencia y un bloque de 50 MHz en la banda de 3.5 GHz, la compañía ha avanzado en la implementación de la tecnología 5G Venezuela.
Su enfoque inicial ha sido la solución de Internet Fijo Inalámbrico 5G (FWA), una alternativa crucial para llevar banda ancha de alta velocidad a hogares y negocios sin depender del cableado tradicional.
Avances Notables: Digitel ha reportado pruebas piloto en mercados como Barinas y Nueva Esparta, logrando velocidades de hasta 400 Mbps.
Servicios Habilitados: Además del FWA, la modernización de la red ha permitido a Digitel lanzar servicios esenciales como VoLTE (Voz sobre LTE), mejorando significativamente la calidad de las llamadas.
El presidente de Digitel, Luis Bernardo Pérez, ha enfatizado que el 5G no es solo una mejora de velocidad; es una plataforma para la innovación que impulsará la transformación digital de las pequeñas y medianas empresas (PyMES) y el desarrollo de hogares inteligentes.
La Promesa del 6G: Hiperconectividad, IoT y Realidad Aumentada 🌌
Mientras el 5G se despliega, el mundo tecnológico ya apunta al 6G, cuya estandarización se espera para finales de esta década (alrededor de 2030). La 6G Latinoamerica se perfila como la tecnología que finalmente desatará la hiperconectividad y las aplicaciones inmersivas.
El 6G promete llevar las capacidades del 5G a un nivel exponencialmente superior:
Velocidades Terabit y Latencia Cero: Se habla de velocidades de hasta 1 Terabit por segundo (Tbps) y una latencia casi nula (microsegundos). Esta capacidad es fundamental para la interacción en tiempo real que requiere la Realidad Aumentada (RA) y la Realidad Virtual (RV).
El Internet de las Cosas (IoT) Masivo: La baja latencia y la capacidad masiva de conexión del 6G son cruciales para el crecimiento del IoT. Permitirá que miles de millones de sensores, desde fábricas automatizadas hasta vehículos autónomos, se comuniquen sin interrupciones, facilitando las ciudades inteligentes.
La Era del Holograma: La Red 6G facilitará el "holotransporte", la transmisión de hologramas de alta resolución que podrían transformar reuniones virtuales y experiencias sociales en entornos tridimensionales e inmersivos.
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La Conexión: Por Qué la Banda Ancha es la Base de Toda Innovación
La mejora de la conectividad móvil Venezuela no es un fin en sí mismo, sino el motor de toda la evolución digital de la que hemos hablado.
Fintech y Pagos Móviles: El crecimiento del pago sin contacto (NFC) y el Pagomóvil dependen de una red robusta y rápida para garantizar transacciones seguras e instantáneas, sin fallos ni demoras.
Los avances de Digitel en la red, junto a los de la banca, impulsan la adopción de estas soluciones. Inteligencia Artificial (IA) y Edge Computing: El 6G y el 5G son las infraestructuras necesarias para la IA en el Edge. La IA en el automóvil o la automatización industrial requieren una latencia ultrabaja para tomar decisiones en tiempo real, algo que solo estas nuevas generaciones de redes pueden ofrecer de forma masiva.
Incluso las decisiones estratégicas de gigantes como Qualcomm en torno a la IA se basan en la futura capacidad de estas redes.
Para Venezuela y la región, el desafío no es solo desplegar el 5G, sino también asegurar la infraestructura necesaria para no quedarse atrás cuando el 6G se convierta en el estándar global en 2030, cerrando la persistente brecha digital que aún afecta a una parte significativa de la población.