Hay algo profundamente futurista en ver un coche moverse sin nadie al volante. Mientras que en España ya experimentamos el efecto hipnótico de la tecnología de asistencia a la conducción, el verdadero salto de fe —los robotaxis sin conductor— todavía no ha llegado a nuestras calles. Pero la espera está a punto de terminar. Waymo, la empresa de conducción autónoma de Alphabet (matriz de Google), ha confirmado su desembarco en Europa, eligiendo a Londres como su puerta de entrada comercial a partir de 2026.
Este movimiento marca un punto de inflexión histórico para el continente y enciende una legítima expectativa en el sur de Europa, especialmente en España, que ya ha sentado las bases regulatorias para convertirse en un centro de pruebas de vehículos autónomos. La pregunta ya no es si los robotaxis llegarán, sino cuándo podremos ver a un Waymo One cruzando la Gran Vía o la Diagonal.
Londres: El Laboratorio Autónomo de Europa
Waymo, que opera con éxito sus servicios comerciales de robotaxis sin conductor en ciudades como Phoenix, San Francisco y Los Ángeles, ha elegido el Reino Unido por su avanzado marco regulatorio. La Ley de Vehículos Automatizados de 2024 facilita los proyectos piloto desde la primavera de 2026, justo a tiempo para el despliegue de la compañía.
El plan de Waymo en Londres comenzará en 2025 con pruebas controladas (con un conductor de seguridad a bordo) para que el sistema Waymo Driver —que combina sofisticados sensores LiDAR, radar y cámaras con inteligencia artificial— se adapte al complejo tráfico, el clima y los hábitos de conducción europeos. Waymo sabe que las
La Expectativa Española: ¿Por Qué Tardará en Llegar Waymo a España?
A diferencia del Reino Unido, que actúa de manera independiente tras el Brexit, la expansión de Waymo al resto del continente se enfrenta a la fragmentación regulatoria de la Unión Europea. Cada país miembro mantiene sus propias normas sobre homologación, seguros y licencias de transporte.
Sin embargo, España no se queda atrás. La Dirección General de Tráfico (DGT) ha publicado el Programa Marco para Pruebas de Vehículos Automatizados (ES-AV), creando un marco regulatorio flexible para autorizar y supervisar los ensayos de estos vehículos en vías públicas.
Marco Regulatorio a Favor: España se ha posicionado como un "laboratorio de referencia" en Europa, facilitando pruebas que van desde el Nivel 2 hasta el Nivel 5 de autonomía (
según la clasificación SAE ). La DGT incluso ha creado una Oficina para la Facilitación de Pruebas de Vehículos Automatizados (OFVA) como ventanilla única.Ventaja Geográfica: La normativa española ahora reconoce autorizaciones de pruebas emitidas por otros países del Espacio Económico Europeo (EEE), lo que podría acelerar los trámites una vez que el sistema Waymo esté validado en el EEE.
Competencia Acelera el Proceso: Waymo no está sola. Rivales como Uber y la alianza Lyft-Baidu también planean despliegues de robotaxis en Europa a partir de 2026. Esta competencia global podría presionar para que países con marcos avanzados, como España, se conviertan en los siguientes puntos calientes para la expansión.
La ambición de la DGT es clara: convertir a España en un pionero en la integración segura de estos vehículos. Una vez que Waymo establezca su base de operaciones en el Reino Unido, ciudades como Madrid, Barcelona o Valencia —con sus complejas infraestructuras y patrones de tráfico únicos— se convertirán en los candidatos lógicos para acoger las primeras pruebas en el sur de Europa y, eventualmente, el servicio comercial.
TE PUEDE INTERESAR: Alemania Desafía a Microsoft: Schleswig-Holstein Logra Soberanía Digital con Software Libre y Crea Tensión Global en el Sector Tech
La Gran Pregunta: ¿Veremos el Robotaxi antes del 2030?
El salto de Waymo es más que una simple expansión comercial; es una prueba global de la madurez de la
La esperanza para España reside en que la legislación británica actúe como un "rompehielos" regulatorio. Si Waymo puede demostrar seguridad y eficacia en la densa y antigua red vial de Londres, la justificación para su rápida expansión a otros países con regulación favorable, como España, será inevitable. El horizonte de la movilidad sin conductor en nuestras ciudades se ha acortado drásticamente, y todo apunta a que la década de 2020 a 2030 será el momento en que la espera española finalmente termine y el silencio del volante vacío se convierta en una realidad cotidiana.