Las costas de España están experimentando una insólita y alarmante invasión. Lo que comenzó como el hallazgo de un par de babosas marinas de aspecto curioso en la playa de Guardamar del Segura se ha convertido en una llegada masiva de diminutas y hermosas criaturas de color azul. Conocidas como Glaucus atlanticus o "dragones azules", estos moluscos marinos son capaces de infligir una de las picaduras más dolorosas del mundo animal, provocando el cierre de playas en plena temporada alta y sembrando la preocupación entre habitantes y autoridades.
Un superpoder venenoso: El peligro detrás de la belleza
El "dragón azul" es una criatura fascinante y temible. A diferencia de la mayoría de las babosas marinas, que viven en el fondo del mar, esta especie flota en la superficie, utilizando aire atrapado en su estómago para mantenerse a flote. Su superpoder reside en su dieta: se alimenta de medusas y sifonóforos, incluyendo a la peligrosa carabela portuguesa. Lo que hace únicos a estos moluscos es que incorporan las células urticantes del veneno de sus presas en las puntas de sus apéndices, concentrándolo. Esto significa que su picadura puede ser incluso más potente que la de las medusas que comen. Aunque la picadura no suele ser mortal, puede causar dolor intenso, enrojecimiento, hinchazón, náuseas y vómitos.
Los científicos están profundamente preocupados por la presencia de estos animales, que son nativos de aguas tropicales en los océanos Atlántico, Pacífico e Índico. Su aparición en el Mediterráneo es una de las consecuencias directas del cambio climático. El Mediterráneo es uno de los cuerpos de agua que se calientan más rápidamente en el mundo, lo que ha provocado un aumento de especies que no suelen verse en la región, como la carabela portuguesa, la principal fuente de alimento de los dragones azules. Esto demuestra cómo la alteración de los ecosistemas puede desencadenar consecuencias inesperadas y peligrosas, una dinámica que también ocurre con otros fenómenos naturales, como la
Un problema global con impacto local
La invasión del "dragón azul" no se limita a la Península Ibérica. En las Islas Canarias, el alcalde de Haría, Alfredo Villalba Barreto, cerró dos playas después de que un niño fuera hospitalizado por una supuesta picadura. "Es un bicho que nunca habíamos tenido aquí en la zona", afirmó. Las autoridades locales de Guardamar del Segura están intentando comprender a qué se enfrentan. Recogieron decenas de estas criaturas para enviarlas a biólogos de Valencia, con el objetivo de estudiar su genética y dieta para entender mejor el nivel de riesgo que representan para la población.
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El calentamiento de las aguas del Mediterráneo ha propiciado la llegada de estos depredadores, y los expertos no descartan que se conviertan en un problema recurrente. Este fenómeno subraya cómo el cambio climático está reconfigurando los ecosistemas marinos de manera impredecible, trayendo especies exóticas a nuevas latitudes y generando nuevos desafíos para la seguridad pública y el turismo. La investigación para entender estas nuevas amenazas es vital, al igual que los esfuerzos por comprender los complejos