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Imágenes que circulan en las redes sociales chinas afirman mostrar las pruebas de un nuevo motor de misil desarrollado por China, el cual, según se describe, "casi rompe las leyes de la física". Este innovador propulsor podría revolucionar la tecnología militar global debido a sus asombrosas capacidades.
Según el autor de la grabación filtrada, el motor es capaz de alcanzar velocidades hasta 16 veces superiores a la del sonido, lo que equivale a aproximadamente 20.000 kilómetros por hora. Además de su velocidad extrema, se destaca su habilidad para realizar giros en ángulo recto (90 grados) a velocidades supersónicas, una maniobra que desafiaría drásticamente los sistemas de defensa aérea actuales.
El autor de la filtración asegura que la aplicación de este motor en misiles podría dejar obsoletos los sistemas de defensa aérea más avanzados del mundo, ya que tendrían dificultades extremas para interceptarlos. "China está tomando el trono a un ritmo sin precedentes", agregó. De momento, no se ha hecho ningún pronunciamiento oficial por parte de las autoridades chinas sobre este motor de misil hipersónico.
Motor de Detonación Oblicua (ODE): La Clave del Avance
Aunque no hay confirmación oficial sobre el motor específico que aparece en las grabaciones, estos reportes coinciden con investigaciones previas. En febrero, el South China Morning Post informó que científicos chinos habían desarrollado con éxito el primer motor de detonación oblicua (ODE) del mundo. Este motor se alimenta con queroseno RP-3, un combustible convencional utilizado en la aviación.
Pruebas Exitosas con un Vehículo Hipersónico Avanzado
Durante una serie de experimentos llevados a cabo en el túnel de choque hipersónico JF-22, una instalación diseñada para simular condiciones a más de 40 kilómetros de altitud, se demostró el potencial de esta tecnología. Las pruebas revelaron que el motor ODE podría alcanzar velocidades de entre 6 y 16 veces la del sonido.
La tecnología ODE se diferencia radicalmente de los estatorreactores convencionales. Mientras estos últimos dependen de voluminosas cámaras de combustión y enfrentan un alto riesgo de extinción a velocidades supersónicas, el motor de detonación oblicua transforma las ondas de choque en una ventaja. En lugar de evitarlas, las utiliza para iniciar y sostener una detonación estable, lo que le permite alcanzar y mantener velocidades hipersónicas de manera eficiente.
Este desarrollo, de ser confirmado oficialmente, marcaría un punto de inflexión en la tecnología de misiles, redefiniendo las capacidades ofensivas y defensivas a nivel global.
